Quiero darte un masaje en la espalda y dejarnos llevar hasta los confines de nuestros cuerpos
En vez de prohibir la prostitución, deberíamos edificar en todos y cada urbe toda una serie de burdeles higiénicos bien amueblado e inofensivos en todos los aspectos. Allí dentro… ningún acto de libertinaje habría de estar prohibido bajo ninguna circunstancia. (pág. 253)